Artista
Dani Ferrairó nació en Barcelona en 1975. Estudió Historia Contemporánea en la Universidad de Barcelona. En 2009 se matriculó en l’Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès. El resultado es su primera novela: El suicidio de Willy Malpica.
Cuéntanos un poco más sobre ti… ¿Pareja? ¿Hijos?¿A qué te dedicas?
Poca cosa que decir. Lo de siempre, supongo. Lo de todos. Vivo con mi pareja y nuestro hijo de un año. Los dos trabajamos e intentamos conciliarlo con esta manía mía de escribir novelas. Resulta un poco difícil. Pero para quién no. ¿Verdad?
Bueno… Ahora que te conocemos mejor, queremos profundizar en tu faceta de escritor. Háblanos de El suicidio de Willy Malpica.
Me gusta decir lo justo y me remito siempre a la contraportada: un suicidio, un excomisario corrupto y un bebé desaparecido. Poco más. Que el inspector Vegas y la periodista Lola Santos investigarán la relación entre los tres casos. Eso sí. Y que hay alguna que otra sorpresa. Claro. Aunque el objetivo no es sorprender. Así. Sin más. La idea es contar una historia y entretener.
¿Cuándo decidiste que querías dedicarte a escribir?
Desde bien pequeño. Pero no me lo tomé en serio hasta muchos años después: tras mi paso por l’Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès.
¿Dónde nace la historia de esta novela?
Precisamente allí: en l’Escola d’Escriptura. Empecé un proyecto que de alguna manera contenía ya parte de esta historia. Pero sobre todo constituyó el germen de muchos personajes: Vegas, Lola, el excomisario León…
En el caso de que la haya, ¿cuál es tu fuente de inspiración?
El trabajo, sin duda. La disciplina. Echarle muchas horas y no abandonar. Es la única fuente de inspiración que conozco. Y también la lectura. Cómo no. Las historias y los personajes que me acompañan.
¿Qué sacrificios tuviste que hacer para terminar esta novela?
No sé si la palabra adecuada es sacrificio. Me gusta escribir. Disfruto. Supongo que en mi caso la parte complicada es dedicarle tanto tiempo sin saber si llegará a algún lado. Trabajar siempre con esa incertidumbre. Sin saber si eso tiene un valor objetivo, más allá del que uno le da.
¿Estás satisfecho con el resultado?
Sin duda. Pero no porque la novela sea buena o mala. Eso no me corresponde decidirlo. Con lo que estoy satisfecho es con el esfuerzo y la dedicación durante dos años. Sentarme a escribir cada día antes y después del trabajo: el que me da de comer y paga las facturas.
¿Y con la acogida de los lectores?
En general, sí. Mucho. Pero tampoco tengo un público tan amplio. Esta novela nace con una vocación modesta. Empiezo de cero y llegar a los lectores no es tarea fácil: hacerles saber que existe esta novela y este autor. En especial con una promoción escasa.
Por cierto, ¿Cuáles son tus autores favoritos?
Marsé, Vargas Llosa, Javier Marías, Montalbán… Curiosamente no consumo mucha novela negra. Aunque también.
¿Estás trabajando en otro proyecto?
Siempre. Pero prefiero hablar poco. Lo justo. Casi nada.
¿Te gustaría añadir algo?
Sobre todo me gustaría daros las gracias por darle un espacio a la novela en vuestra publicación.
